Constelación Lluch


 Somos muchos los viajeros del espacio electrónico y algunos venimos del planeta Lluch. Y somos especiales: músicos sensibles, sugerentes poetas, narradores excepcionales, videoaficionados de primera fila, grafiteros originales, bloggers pacientes, fotógrafos atentos, habilidosos creadores de manga…

¿Para qué os voy a contar? Sólo cada uno de vosotros lo sabe. A veces, tímidamente, mostráis esa obra de la que estáis tan orgullosos, ésa es la clave.

Y con ese propósito vamos a viajar hacia la Constelación Lluch. Como el trayecto será largo habrá que llevar provisiones: los pinceles, los pendrives, las cámaras fotográficas, los sprays, cuadernos y bolígrafos, pintura, rotuladores, ordenadores de bolsillo…todo lo que nos ayude a pasar el tiempo interestelar.

E id pensando en cómo van a ser las estaciones en las que tendremos que alojar nuestras creaciones porque esta nave no puede cargar con tanto peso, el polvo y el viento solar nos quitan energía y nos obligan a aligerar. Iremos creando estaciones temáticas para dejar allí nuestras pertenencias. En algún momento las recuperaremos y las llevaremos a nuestro nuevo hogar.

Subir a la nave sólo requiere ponerse en contacto con el capitán que os anotará en su cuaderno de bitácora y os dará la llave de vuestro habitáculo.
Cometa letra 

Escribanos, comediógrafos, prosistas, aedos, biógrafos, guionistas, letrarrotos, amanuenses, copistas, escribientes, articulistas, literatos, libretistas, narradores, blogers, dramaturgos, novelistas, poetas, hombres y mujeres de letras todos … esta es vuestra estación.  El cometa letra se desplaza orbitando alrededor nuestra nave. Es un cuerpo excéntrico aunque sólido, por lo cual podemos depositan en él todo lo que durante el viaje vayamos creando.
No os asustéis si en algún comento nos azota con su cabellera de polvo y gas porque esa es la garantía para que la inspiración, que ha traído consigo desde la Nube de Oort y desde el Cinturón de Kuiper, no nos abandone. Llegaremos a la constelación Lluch, 
sin duda.
Cometavoz 
En los mundos deshabitados queda aún la reveberación de las  de las voces, la prolongación de los sonidos reflejados en las aguas, el rumor de los últimos pasos.
Los mundos deshabitados los ecos no hablan,  solamente repetirán el final de lo que nosotros hablemos.  Sólo Eco permanece, sólo eco vive donde todo ha desaparecido y, por eso, se recluye en el fondo de las cuevas y cerca de los manantiales, allá donde su voz resulta inapreciable.

 Visualesphere 
Seguimos la luz. La luz tan necesaria para la vida, para imagen. Para entrar en la Visualesphere y depositar vuestras creaciones tendréis que obtener una solución de yoduro de plata con que impregnar vuestros trajes espaciales. El polvo cósmico puede ser peligroso para nosotra nave y, de momento, es preferible que no nos arriesguemos.Descubriréis que el interior de visualesphere es cálido, tanto como las noches de verano en que contemplábamos las estrellas tumbados en el suelo. Pero no os engañéis: en su interior la esfera esconde múltiples peligros que habrá que sortear. Aun así, arriesgaros y adentraros en la Visualesphere a dejar vuestras creaciones.
Puerta crítica 

Estamos acercándonos a una zona estática donde la monotonía puede apoderarse de nuestro ánimo. Se nos ocurre que pensemos en lo que hicimos en el planeta que dejamos. ¿Has traído bien custodiados todos tus recuerdos? ¿las películas que viste? ¿las obras de teatro? ¿Y los conciertos? Una buena forma de pasar el tiempo, mientras atravesamos la zona crítica, será concederemos un espacio para la opinión. A medida que recuerdes, deja ahí, en la zona crítica tus ideas. Así, todos podremos recordar contigo y reconstruir el mundo que hemos abandonado para evitar, al llegar a nuestro destino, repetir los errores que nos han echado del planeta.